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Partido X.

El Partido X apoya la campaña #NOalTTIP

#NoalTTIP: 11 de octubre el día de acción europeo contra el TTIP

Partido X y concretamente sus miembros Jose Luís Porcar, Pascal Maurice, Manorito Fernandez, Sebastián Asioli y Alfa Sánchez

Desde su creación hace casi dos años el Partido X viene demostrando con trabajo que la ciudadanía vigilante puede combatir la corrupción y la impunidad que la sustenta. También ha mostrado con ejemplos (propios y ajenos) que es posible un modelo de gestión de lo público y común realmente transparente, donde las acciones de gobierno a cualquier nivel se lleven a cabo a la vista de la ciudadanía para que, quienes estén interesados, puedan conocer las fuentes y las motivaciones que sustentan esas acciones. Por eso hemos venido siguiendo con preocupación creciente los procesos de negociación de los diferentes tratados comerciales (TTIP, CETA, TISA o EPA [1]) que la Comisión Europea está llevando adelante de manera secreta y de espaldas a la sociedad europea.

. Hemos sabido en la séptima ronda de negociaciones del TTIP que los servicios públicos como la sanidad y la educación se retirarán del TTIP (Tratado de Libre Comercio e Inversiones entre EEUU y la UE). Sin duda ha sido la presión y la denuncia por parte de la ciudadanía vigilante lo que ha forzado su exclusión del tratado. Sin embargo y lamentablemente, no podemos confiarnos tras esta victoria ya que estos y otros asuntos espinosos podrian pasar al aún más secreto acuerdo TISA, de manera que su jugada es simplemente migrar estos asuntos a otro tratado. [2]

Seguimos viglantes. Apoyamos y animamos a participar y seguir de cerca la convocatoria del sábado 11 de Octubre: «¡Día Europeo de acciones para parar los acuerdos TTIP, CETA y TiSA!»

Bajo las siglas TTIP, CETA, TISA o EPA se esconde el tercer acto de un programa diseñado por el poder financiero y las corporaciones transnacionales que, primero, socavaron los logros sociales, tan costosamente alcanzados después de la segunda guerra mundial con el pacto social; después, en la década de 1970, sentaron las bases de la paulatina desregulación financiera, origen de la estafa que provocó la crisis en 2007; y ahora, tras reiterados fracasos parciales por alcanzar la desregulación comercial para determinados sectores (ACTA [3] ha sido el último), pretenden con estos tratados lanzar una ofensiva global para lograr la desregulación completa del comercio de bienes y servicios, incluidos los servicios públicos y los servicios financieros.

Desde el inicio de las negociaciones en 2011 estos procesos se han caracterizado por una total falta de transparencia. Así lo han venido denunciado diferentes organizaciones y plataformas de lucha ciudadana de las que puede obtenerse información precisa [4]; pero también y más recientemente, se han ido sumado los posicionamientos del Tribunal de Justicia [5] y la Ombudsman [6] de la Unión Europea y toda una avalancha de posiciones críticas tanto en la Comisión de Comercio Internacional (INTA) como en el último pleno del Parlamento Europeo [7]. A esta falta de transparencia se le suma un serio agravante que confirma el carácter absolutamente antidemocrático del proceso de negociación: la Comisión Europea elude cualquier mecanismo de participación en la toma de acuerdos. Prueba de esto ha sido el reciente rechazo de la Comisión a la tramitación de una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), único mecanismo previsto en el Tratado de Lisboa (2007) para la participación directa de la ciudadanía, presentado por más de 230 organizaciones de 21 Estados miembros de UE. [8]

Qué se esconde detrás de estos tratados

Para entender por qué es fundamental que la sociedad civil ponga el ojo sobre estos tratados (más allá del secretismo en las negociaciones y el carácter antidemocrático de los procesos) basta con leer entre líneas esta frase de Karel de Gucht, saliente comisario de Comercio de la UE, quien, al explicar los objetivos del TTIP, decía:

“Las barreras regulatorias son más complicadas de eliminar que las barreras comerciales tradicionales… No será fácil pero valdrá la pena.» [9]

Así, no hay que pensar en estos tratados como si fueran simples acuerdos entre dos o más partes (por ejemplo la U.E. y los EE.UU. en el caso del TTIP) que querrían reducir aranceles para favorecer el comercio entre ellas; antes bien, como ya decíamos al principio, hay que verlos como un claro intento por parte de los lobbies corporativos para abrir y desregular mercados. [10] Esto implica, entre otros posibles, los siguientes efectos:
 

  • La creación de nuevas estructuras antidemocráticas de procedimiento y de gestión, como el «Consejo de Cooperación Regulatoria», que funcionaría al margen y por encima de los Estados, de sus legislaciones e incluso de las de los organismos internacionales. En efecto, bajo el dulce título de «Cooperación Regulatoria» [11] y la creación del mencionado Consejo, se esconde un procedimiento diseñado para dar a los grupos de poder económico el derecho a participar, desde las etapas más tempranas, en todo proceso de redacción de nuevas normativas, pudiendo bloquear cualquier nueva propuesta que consideren «un obstáculo al comercio». Esto es especialmente preocupante a nivel de la U.E., donde la Comisión es el único órgano que puede presentar propuestas de nueva regulación, pues bastaría la más mínima señal de descontento por parte las compañías estadounidenses para que cualquier proyecto de nueva legislación deba ser descartado, convirtiéndose el Consejo de Cooperación Regulatoria y las llamadas «mesas de diálogo sectoriales» (entre grupos de presión corporativos a ambos lados del océano) en la vía principal para proponer nuevas regulaciones, pasando a un segundo plano los representares electos por la ciudadanía. [12]
  • La incorporación en los tratados del mecanismo de Resolución de Controversias entre Inversores y Estados (ISDS por sus siglas en inglés), mecanismo que, de incluirse, concedería a los inversores extranjeros el derecho de saltar por encima de los Tribunales de Justicia nacionales e internacionales para demandar a los gobiernos en tribunales de arbitraje creados ad hoc, (sin la intervención de un juez) para reclamar pérdidas de beneficios resultantes de decisiones sobre la política pública, elevando así al capital transnacional a un estatus equiparable al del Estado nación y echando por tierra los principios más básicos de la democracia tanto en la U.E. como en los EE.UU [13]. Además la ofensiva se lleva a varias bandas, como una parte mas de la estrategia de cubrir objetivos con planteamientos aparentemente diversos. Primero está el CETA, con las negociaciones concluidas el 1/08/2014 y que puede servir de antesala o «prueba piloto» del TTIP. Al haber concluido las negociaciones el texto no puede modificarse y la discusión en el Parlamento se reducirá a aceptar el 100% del tratado o rechazarlo completamente. De aprobarse CETA, que incluye en el texto el mecanismo del ISDS, poco importará que el TTIP lo excluya: los inversores de EE.UU. demandarán a los Estados europeos a través de sus filiales o agencias canadienses y viceversa. Es sólo un ejemplo de la interconexión entre los tratados.
  • La potencial multiplicación de amenazas a la calidad de vida en general al suponer, como se prevé, una puerta abierta para una rebaja generalizada de normas, reglamentos y estándares sobre la seguridad de los productos alimentarios y de consumo, los productos asociados a la biotecnología (GMOs), la protección del medio ambiente y la gestión de productos químicos tóxicos. El centro de la cuestión gira en torno al conocido como «principio de prudencia» en el que se basan los estándares europeos sobre seguridad alimentaria, sanitaria o medioambiental. Según este principio, se puede retirar un producto del mercado si existe riesgo de que pueda suponer un peligro para la salud de las personas o el medioambiente, aunque no haya pruebas científicas suficientes en las que basar una evaluación completa de dicho riesgo. Este principio hace que sean las compañías interesadas en comercializar un producto las que tengan que responsabilizarse de los gastos y pruebas necesarios para demostrar que el producto es inocuo. En cambio, en los EE.UU. esto no ocurre. Allí es la comunidad, a través de las asociaciones de consumidores o el ministerio público, la que debe probar que una determinada sustancia es nociva para que su uso pueda restringirse, debiendo a veces librar arduas batallas legales contra los abogados defensores de los intereses de las corporaciones que retardan indefinidamente la entrada en vigor de medidas preventivas. [14]

Además, hay que considerar que la mayor parte de las preocupaciones surge del análisis de documentos filtrados pues, como ya se ha dicho, el proceso es absolutamente opaco, al punto que el acceso a la documentación clave (como, por ejemplo, la que recoge las exigencias de desregulación que los negociadores estadounidenses plantean a los estados miembros de la UE) está restringido incluso a los miembros electos del Parlamento Europeo. [15] Y como si todo esto fuera poco, hay que sumar que los textos, cuando son finalmente revelados por voluntad o filtración, suponen un importante desafío adicional de desenmascaramiento, al estar plagados de un léxico neutro o muy ténico/jurídico que esconde, una vez más, los verdaderos objetivos.

Potenciales efectos negativos de estos tratados

Como puede apreciarse, las razones por las cuales la ciudadanía debe oponerse a todo avance en las negociaciones de estos tratados no acaban aquí y podrían llenarse varias páginas al respecto. De momento, vamos a insistir en destacar los potenciales efectos negativos que este tipo de tratados podrían tener en tres cuestiones en las que el Partido X está trabajando activamente:
 

  • La calidad de la democracia a nivel de la Administración Local: las amenazas de demandas por parte de compañías extranjeras deseosas de sacar tajadas en áreas como los servicios públicos o las compras del Estado, echarían por tierra el esfuerzo ciudadano que busca organizar esos servicios de una manera sostenible desde el punto de vista social, medioambiental y financiero; por ejemplo, volviendo imposible cualquier tipo de política de promoción del «comercio de proximidad» e incluso limitando seriamente las posibilidades de una gestión participativa de los presupuestos orientada al bien los ciudadanos.
  • El control de los flujos financieros: aquí es la Comisión Europea, siguiendo la agenda marcada por los poderosos grupos de presión de las bancas alemana e inglesa, la que trata de usar el TTIP para debilitar regulaciones importantes en materia de finanzas, como la Ley Dodd-Frank, que se introdujeron en EE.UU. a raíz de la crisis de 2008. Así, la Comisión presiona para avanzar en la agenda de desregulación financiera, exigiendo que dicho capítulo se incluya dentro de las conversaciones sobre «Cooperación Regulatoria» del TTIP, cuestión a la que parece reticente la Administración Obama, pues supondría una vuelta a la situación que desencadenó la crisis. [16]
  • Los derechos de los ciudadanos en Internet: Lo peor del tratado ACTA [2] podría reaparecer de nuevo en los contenidos de CETA y TTIP, suponiendo un ataque a derechos fundamentales como son la libertad de expresión, la privacidad y el libre acceso a la información y el conocimiento entre otros. Informaciones recientes indican que EE.UU. solicita incluir en el TTIP parte de su Ley de Decencia en las Comunicaciones (CDA). Bajo la cláusula del «buen samaritano», esta ley otorga a los proveedeores de servicios e intermediarios de internet el derecho de actuar, siempre que sea de «buena fe», como policías de la red, monitorizando e incluso sancionando preventivamente actos que puedan suponer una posible infracción. Bajo palabras como «decencia», «buen samaritano» y «buena fe» se quiere imponer una legislación que otorga poderes a las corporaciones por encima de la justicia y el estado de derecho y abre las puertas a la censura, poniendo en riesgo, no solo la neutralidad de la red, sino también los derechos fundamentales de los usuarios. [17]

Apoyo activo a la lucha contra estos tratados

Por todo ello, el Partido X suscribe y se suma a las acciones emprendidas en el marco de la campaña a nivel Estatal («NoalTTIP») y Europeo (Stop-TTIP & Stop-TTIP-CETA-TISA), como son:
 

  • La participación en las acciones convocadas dentro del Day of Action 11/10 a nivel europeo, en concreto en las jornadas convocadas en Barcelona el 11 de octubre de 2014. [18]
  • El inicio de acciones legales, denunciando a la Comisión ante el Tribunal de Justicia de la U.E. [19]
  • La presentación de una nueva y genuina ICE, esta vez también dirigida al Consejo y al Parlamento. [20]
  • La presentación de una declaración en la Cumbre Unión Europea-Canadá que tuvo lugar en Ottawa en oposición a la conclusión de las negociaciones del CETA. [21]
  • La presentación de una Declaración de la Sociedad Civil Europea en relación al apartado de «Cooperación regulatoria», exigiendo a los negociadores que hagan públicos todos los documentos y que retiren de la mesa las propuestas sobre el «Cooperación regulatoria». [22]
  • La intensificación de la campaña de difusión y de presión hacia las instituciones europeas para que se paralicen las negociaciones.

 


Referencias y notas:

[1] CETA (Comprehesive Economic Trade Agreement): Acuerdo Económico y Comercial Global de la UE con Canadá.
TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership): Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre EE.UU. y la UE, también conocido como Tratado de Libre Comercio Transatlántico (TAFTA).
TISA (Trade in Services Agreement): Acuerdo sobre Comercio de Servicios, tratado multilateral entre la UE y diversos países.
EPA (Economic Partnership Agreements): Acuerdos de Asociación Económica de la UE con países africanos e insulares.

[2] Análisis de la conferencia de prensa del cierre de la 7ª ronda de negociaciones del TTIP donde ambas partes insisten que los Servicios Públicos quedan excluidos de la negociación.

[3] ACTA son las siglas de «Anti-Counterfeiting Trade Agreement» o Acuerdo Comercial contra la Falsificación. Impulsado por la Comisión Europea siguiendo la agenda de los lobbies de la poderosa industria estadounidense del entretenimiento, fue rechazado por una amplia mayoría en el Parlamento Europeo en julio de 2013 después de una importante movilización ciudadana. Lo peor del tratado ACTA aparece de nuevo disimulado en los contenidos de CETA y TTIP.
Lo peor del tratado ACTA reaparece dentro de CETA, un nuevo tratado en negociación
The European Commission Wants to Bring Back ACTA Through the Back Door!

[4] Organizaciones y plataformas de lucha ciudadana de las que puede obtenerse información precisa:
Xnet
X.net presenta: ACTA explicado
D’evolution summit

Red-SOStenible
Red-SOStenible #Documentación ACTA
Para el respeto de las libertades individuales y para el desarrollo de las TIC es imprescindible rechazar ACTA
Se buscan amigos (norte)americanos

La Quadrature du Net
STOP-ACTA (La Quadrature du Net)
Corporate Europe Observatory (CEO)
Centre for Research on Multinational Corporations (SOMO)
Plataforma NoalTTIP
Fundación Rosa Luxemburgo
Attac
Economía Ciudadana
y otras muchas…

[5] Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal de Justicia, del 3/07/2014, en respuesta al recurso de casación presentado por el Consejo, que buscaba impedir el acceso a los documentos de las negociaciones internacionales, tanto a los ciudadanos europeos como a sus representantes en el Parlamento Europeo

[6] Nota de prensa nº 17/2014, del 31/07/2014, por la que la Ombudsman Emily O’Reilly recrimina falta de transparencia en las negociaciones y abre investigación al respecto en el Consejo y la Comisión

[7] Referencias a CETA, TTIP y ISDS en las reuniones de INTA de julio y septiembre y críticas en el pleno de Estrasburgo de septiembre

[8] 11/09/2014: La Comisión declara la ICE presentada como «fuera de su ámbito de competencia»

[9] «Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) – Solving the Regulatory Puzzle», discurso de Karel de Gucht, comisario europeo de Comercio, en el Aspen Institut, Praga, 10 de octubre de 2013.

[10] Al respecto, puede consultarse este documento preparado por Corporate Europe Observatory (CEO) para enterarse de quiénes están detrás de las negociaciones del TTIP

[11] La, así llamada, «Cooperación Regulatoria» es uno de los temas centrales en las negociaciones del TTIP, al punto de constituir una de sus tres partes principales (I-Acceso a mercados, II-Cooperación regulatoria y III-Reglas que afectan al comercio). Para una descripción en mayor profundidad sobre el tema verse estos documentos preparados por CEO:
TTIP: Covert attacks on democracy and regulation
Regulation – none of our business?

[12] Pueden consultarse los siguientes documentos filtrados, hechos públicos por CEO:
Regulatory Cooperation in the EU-US Economic Agreement
TTIP: Cross-cutting disciplines and Institutional provisions

[13] En el siguiente dossier en Español se puede encontrar más información que ahonda en los peligros del ISDS y presenta con ejemplos concretos las sonadas injusticias que, a raíz de estos mecanismos, se han producido en gobiernos de países de la más diversa índole.

[14] Que la eliminación del «principio de prudencia» es uno de los objetivos de la negociación no es ningún secreto. Basta leer correctamente el mensaje del Secretario de Agricultura de los EE.UU. exigiendo a la U.E. acabar con lo que él llama «barreras no-científicas» Para un análisis de mayor profundidad sobre la utilización del «principio de prudencia» véase: «Late lessons from early warnings: science, precaution, innovation» Copenhague: European Environment Agency, enero de 2013

[15] Véase el siguiente análisis del documento interno de la Comisión Europea filtrado y publicado por la revista danesa Notat

[16] Véase al respecto el análisis de CEO y SOMO sobre la documentación filtrada

[17] EDRi: TTIP: where the Good Samaritan meets the Trojan Horse

[18] 10 y 11 de octubre. Jornadas sobre el TTIP en Barcelona «Soberanía secuestrada, derechos en peligro»

[19] European Citizens’ Initiative against TTIP rejected / Alliance announces resistance

[20] Europe’s first ever self-organised ECI

[21] Más de un centenar de organizaciones a ambos lados del Atlántico se oponen firmemente a un acuerdo que favorecerá a las empresas multinacionales a expensas de los derechos de los ciudadanos

[22] TTIP: No más acuerdos secretos que pongan en peligro nuestra salud, el medio ambiente y el Estado de bienestar.

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